En septiembre del 2008 empiezo mi andadura como "triatletilla" en el club vecino de la ciudad donde vivo. Un club sin muchas más pretensiones que disfrutar con lo que hacemos: entrenar, cada uno a su ritmo, pasándonoslo bien y disfrutando de la vida.
Nuestro entrenador Iván Herruzo parece un tío muy majo y al que le gusta lo que hace. Cuando llevo mis primeros 200 metros nadando con ellos, éste me dice: "no muevas tanto los hombros y haz más movimiento de codos".
Por supuesto, trato de hacerle caso y mientras llevo mi cabeza bajo el agua, reflexiono y me quedo perplejo... "¡qué mal lo debo hacer para que tan rápido me corrijan...!"; y eso que yo pensaba que nadar era mi fuerte... ¡Gracias Iván!.